14. CASA DE ELLA. INT. TARDE

 

Suena el timbre. Nerviosismo en la familia de Ella. Ella abre la puerta. Se

 

presentan.

 

Besos. Al padre y al hermano la mano. Tensión. Pasan al salón

 

                                   Ella (nerviosa)

 

Bueno, pues ya nos conocemos todos. Nos podemos

 

sentar.

 

Padre de Ella (amablemente)

 

¿Qué quieres tomar?

 

Ella (sin dejarle hablar)

 

No te preocupes, me encargo yo

 

                             Hermano de Ella (apareciendo)

 

                              ¿Este es el novio que no te atrevías a presentar?

 

                                   Ella (con enfado)

 

                                   Imbécil

 

                                   Él (siguiendo la corriente)

 

¿Este es el hermano adolescente con quien me tengo que

 

pelear?

 

                                  

Madre de Ella

 

                                   Tú también tienes hermanos

 

Él (un poco nervioso)

 

No, de momento soy único. No tengo con quien pelearme. Mis padres están separados. Vivo con mi madre. Pero mi padre ha encargado una niña con su nueva compañera, a mis años me quieren traer una hermana.

Ella (intentando cambiar la conversación)

 

Tu vida en cuatro frases. Bueno, sentaos. Os traigo un

 

refresco

 

Se sientan, los padres se sirven café, Él y Ella un refresco, situación tensa, no

 

salen más palabras.

 

                                   Hermano de Ella (rompiendo el hielo)                                      

 

                                   ¿Es verdad que buscas animales muertos en los ríos?

 

                                   Él (más tranquilo)

 

Busco de todo. Pero animales aparecen muchos: gatos, perros, pájaros…

Los ríos están muy sucios.

Hermano de Ella

¿Y por qué están tan sucios?

Él

Porque la gente no tiene cuidado. Tira los plásticos, abandona los animales…

Hermano de Ella

Yo sí tengo cuidado. Nos lo dicen en el colegio. Conserva la naturaleza.

Él (halagándole)

Así tenía que ser todo el mundo.

Hermano de Ella

 

¿Y te pagan mucho?

 

Él

 

Me pagan poco, y cualquier día me echan

Padre de Ella

 

El trabajo cada día está peor. No sé dónde vamos a llegar. De los jóvenes todo el mundo abusa.

Él

Y a vosotros, ¿qué tal os va la librería?

Padre de Ella

Compramos la librería cuando me vi obligado a coger la jubilación anticipada como consecuencia de un proceso de reconversión en el banco. ¡De los mayores también abusan!

Ella (interrumpiendo y metiéndose en la conversación)

Sobre todo si llegan a los cincuenta.

Padre de Ella (continuando)

Y la librería nos da para ir tirando. Una librería al lado de un colegio es una garantía de un sueldo seguro, pero no es ninguna garantía de negocio.

Madre de Ella (interviniendo)

Y como trabajamos los dos, nos defendemos mejor.

Él (con curiosidad y dirigiéndose a la madre)

¿Antes no trabajabas?

Madre de Ella (resignada)

Trabajé hasta que nació ésta. Era dependienta. Después no fui capaz de compatibilizar los dos trabajos y lo deje. Ahora el trabajo es familiar, pero muy esclavo. Hay que echar muchas horas y los grandes almacenes nos van a traer la ruina.

Hermano de Ella (cambiando de tema)

 

Y… ¿es cierto que te puedes pasear por la barandilla de nuestra terraza sin caerte?

Él

 

Depende, si estoy nervioso a lo mejor sí que me caigo.

Hermano de Ella

¿No estarás nervioso ahora?

Él

Un poco

Hermano de Ella

¿Por estar con nosotros?

Él

Por ser la primera vez. Cuando haya venido cien veces me paseo por la barandilla.

Hermano de Ella

Lo voy a ir apuntando

Ella (cogiéndole de la mano)

 

Ven, te voy a dar una vuelta por la casa.

Le rescata del interrogatorio. Cruzan el pasillo.

 

 

                                   Ella

 

Esta habitación ya la conoces

 

Él

 

De noche y sin luz

 

Ella

 

¿Y no te gustó?

 

Él (acariciándole la oreja)

 

No me importa conocerla otra vez.

 

Recorren toda la casa y vuelven al salón