MEMORIA EXPLICATIVA DE LA OBRA

TITULO: CARTAS DEL SAHARA.                             
“El final de la Dictadura visto desde las arenas del desierto”.

AUTOR: Antonio García Orejana.

 

 

 

 

                                   Madrid, 6 de marzo de 2006

 

 

LOS EJES FUNDAMENTALES

La idea central del proyecto es desarrollar una historia en los años finales de la Dictadura franquista (1973 y 1974) en la que el protagonista lucha por la democracia en el lugar más complicado: dentro del ejército, y en el más alejado de la Península: el Sahara.

Para ello desarrollamos una historia llena de metáforas en la que se entrecruzan las realidades del Sahara y de España. El Sáhara, un país que sueña con la independencia, en el que las familias se sacrifican para que un hijo estudie en París, que busca organizarse y prepararse para su autogobierno, que tiene temores porque sabe que la tarea es difícil, pero que es un país vivo. Y una España viva también, porque se presiente el final de la Dictadura y la lucha por la libertad se desarrolla en todas las instituciones.
Una metáfora que se concreta en la visión de lo que sucede en España, a través de los ojos de Toni, militar forzoso a más de cuatro mil kilómetros de la Península, que descubre que los caminos en el Sáhara y en España son paralelos. 

 

 

 

LOS ELEMENTOS DE LA OBRA

El contexto histórico.
En noviembre de 1975 Marruecos organiza la Marcha Verde sobre el Sáhara Occidental y España abandona el territorio. He elegido los años 1973 y 1974 porque siendo decisivos para España -atentado contra Carrero Blanco- y para el Sáhara -formación del Frente Polisario-, son previos tanto a la invasión de Marruecos como a la muerte de Franco.
Esa distancia nos sirve para desarrollar una historia más tranquila, donde los personajes se organizan y se preparan para vivir los acontecimientos que presienten que están por llegar. Esa distancia nos presenta a los personajes más emotivos y nos hace ver las estrategias con más serenidad, sin precipitaciones, nos hace ver la historia sin la presión de los acontecimientos. Por eso no es una historia violenta aunque palpemos una violencia interior contenida. Es una narración emotiva, de contrastes continuos, pensando sobre todo en un futuro incierto, pero decisivo. 

 

 

 

El conflicto y las relaciones entre los personajes.
Nuestro protagonista, Toni, vive desde el principio un conflicto con el ejército. En aquel momento el servicio militar era obligatorio, Toni va forzado y el ejército es el tirano que le ha llevado allí a la fuerza. Conocedor de su situación de inferioridad quiere pasar desapercibido, pero se da cuenta de que eso es imposible, el ejército tiene un objetivo claro: formar hombres para el sistema, y Toni se niega.
Para conseguir su objetivo el ejército intenta anular la personalidad de los soldados mediante la exaltación de los valores propios de las dictaduras, como la disciplina, entendida como obediencia ciega; el orden, la jerarquía, el patriotismo, el valor, entendido como la defensa de sus intereses.
Los ejercicios de instrucción, los castigos, los gritos y los golpes de los mandos militares son la forma de conseguir ese objetivo.
Toni se resiste, su objetivo es volver de la mili sin cambiar. Para él la “mili” es un tiempo que le roban, perdido, inútil. Quiere seguir conservando los mismos sentimientos: la amistad, la solidaridad, la libertad... Para conseguirlo escribe cartas a la familia y a la novia. También se agarra a las amistades con los más débiles como Rafa, un analfabeto al que le da clases y le escribe las cartas.
Se une voluntariamente al grupo de los paralíticos como forma de hacer visible su enfrentamiento con el ejército y manifestar su solidaridad con los oprimidos.
Un conflicto en el que se implica también a otros personajes en función de su posicionamiento ante los acontecimientos, especialmente a Martín que se adapta con satisfacción a la disciplina militar.

 

La estructura.
Una estructura de historias paralelas.
La principal es la historia de Toni que ante una agresión brutal a un compañero por parte del Teniente -“patada en los huevos”- se enfrenta al ejército desertando del desfile en el momento de la jura de bandera, negándose a disparar a un borracho – Martín, el cabo que le ordena disparar, confunde al borracho español con un guerrillero del Frente Polisario- y tomando posición a favor del pueblo saharaui. “La única batalla por la que merece la pena luchar es la batalla por la libertad” – le dice a Martín en su discusión final.
La historia de Martín, que comienza y termina a la vez, pero que va por caminos distintos. Martín va cambiando según los objetivos del ejército, defiende con ardor a la Patria, se entusiasma haciendo ejercicios de tiro y considera al Frente Polisario como el enemigo que de España.
Martín sufre una emboscada en el desierto cuando va voluntariamente de patrulla acompañando al Teniente y cuando se lo cuenta a Toni se produce entre ellos un enfrentamiento duro, una batalla de ideas, en el que se mezclan España y el Sáhara. España y su lucha por la democracia y el Sáhara y su lucha por la independencia.
Hay una historia también en paralelo que es la de los marginados por el régimen. Son los analfabetos, los gordos o los bajos, los homosexuales…protagonistas secundarios que sufren agresiones brutales que les pueden llevar a la desesperación y al suicidio.
Hay dos historias de amistad, una de Toni con Rafa, español; y otra de Toni con Morgan, saharaui. Con la escritura de las cartas a Rafa y las conversaciones en el bazar de Morgan se demuestra que la amistad es igual en todas partes, que las personas somos las mismas en todos los sitios.
Y hay dos historias de amor, una por carta, que no se ve, es un amor con censura, donde la represión impide que fructifique, y la otra que es una historia de amor en libertad por las largas y limpias playas de Villa Cisneros.
Historias que confluyen y que dejan abiertas las puertas a la esperanza.

 

Una  trama innovadora.
Las cartas son como el cordón umbilical que une a España con el Sáhara. Cuando nuestro protagonista llega al Sáhara piensa que todo su mundo ha quedado atrás e intenta mantenerse unido a él mediante la escritura y la lectura de las cartas.
Escribe cartas a su familia en las que oculta la realidad para no preocuparles y que se reflejan mediante una voz en of de Toni contando cosas distintas a las que vemos en imágenes. Toni cuenta que los ejercicios de tiro son divertidos, como los de las ferias, mientras vemos a los paralíticos con ejercicios de castigo. Toni se agarra a los recuerdos mediante las cartas y le sirven para resistir.
Con el tiempo se da cuenta de que su mundo lo forman las personas con las que convive y los sentimientos que, en torno a ellas, va desarrollando. Cartas que Toni escribe a Rafa para que se las mande a su novia.
Se da cuenta de que los problemas son los mismos en todas partes y termina adquiriendo un compromiso social con el Sáhara y descubriendo, a través de la amistad con Morgan y de una larga conversación con un hermano suyo que estudia económicas en París, que es el mismo compromiso que tiene con España.
Las cartas son también elemento de contraste: ponen sentimientos frente a violencia –cartas que recibe de su novia sobre su primer beso, mientras los paralíticos sufren castigos-. Ponen serenidad frente a urgencia –carta que escribe a su novia mientras los saharuis hacen sus rezos y que contrasta con los cintos de los cabos obligando a formar deprisa-. Ponen razón frente a fuerza –carta que escribe a su novia y que el Teniente se la ve y se la rompe.
Son un elemento fundamental en el desarrollo de la historia porque unen a los personajes y descubren el interior de nuestro protagonista.

 

Unos personajes muy reales.
Aunque es una historia de ficción, contamos con las aportaciones de personas que estuvieron allí en aquel momento. No son sus historias, pero hacen a los personajes  tan reales que parecen auténticos. Toni, Martín, Sara, Morgan, Rafa, El Teniente, los saharauis… son personajes que están en la mente de quien escribe este guión. Que compartieron con él los días de polvo y sudor en el campamento, los paseos por las calles y los bazares de Villa Cisneros o los paseos por las playas largas y tranquilas de la bahía.  Personajes vivos, llenos de sentimientos, que libran batallas soterradas y que "explotan", fijando sus posiciones finales.
La Policía Territorial era un cuerpo del Ejército español que tenía en el Sáhara las funciones encomendadas en la Península a la Policía Nacional: mantenimiento del orden público, ordenación del tráfico, protección de edificios e instituciones, elaboración del censo, etc. Y las personas eran soldados sin ninguna preparación para los puestos a donde iban destinados

 

 

      

 

Un lugar con el que tenemos una deuda.
Hemos elegido el Sáhara para saldar una deuda, porque no se ha hecho justicia ni con la tierra ni con su pueblo. Un país que hemos ocupado durante muchos años y al que apenas hemos dedicado imágenes contando sus historias y sus sentimientos. Un país desconocido para la mayoría de los españoles, que tiene unos paisajes hermosos y unas personas con sensibilidad exquisita.
Un país de contrastes en una historia de contrastes. Por eso he elegido el Aaiún: todo arena, y Villa Cisneros (Dajla): todo agua. En el Aaiún nuestro protagonista realiza la instrucción y descubre cómo la razón de la fuerza se impone a la fuerza de la razón. Y en Villa Cisneros ejerce de policía, se relaciona con los saharauis, descubre al amigo y al enemigo y libra su batalla con Martín, de la que sale victorioso por las aguas tranquilas de la bahía.

 

 

 

 

Como colofón final, ésta es una historia para hacer justicia a las personas que cumplieron allí, a la fuerza, el servicio militar. Personas olvidadas también en el cine y en la literatura y que merecen un reconocimiento porque pasaron allí los mejores meses de sus vidas, porque dejaron la huella de sus sentimientos, y porque siguen manteniendo vivos los recuerdos.