S-36. Patio del cuartel. Int. Noche.
En el centro del patio se ha montado un escenario. En una pancarta pone: 12 de octubre fiesta de la Policía Territorial. En el escenario baila la Zoila acompañada de un grupo de niñas de doce o trece años. Los policías que están sentados alrededor del escenario devoran los cuerpos de la Zoila y las niñas con la mirada.
La Zoila baila al ritmo de música árabe. Comienza con el cuerpo totalmente cubierto. Poco a poco se va quitando la ropa. Primero se quita los velos que la cubrían la cabeza. Después se quita una gasa que la cubría todo el cuerpo. Aparecen sus brazos y su vientre descubiertos. Mueve la tripa, enseña un tatuaje en el ombligo, mueve los brazos provocadoramente. 
Las niñas bailan a su alrededor, van destapándose también sus cuerpos. Mueven sus brazos y su cintura incitando al deseo. Los agentes siguen absortos los bailes. Les brillan los ojos.
Las niñas se acercan a los policías, les ofrecen sus manos. los policía les dan caramelos. Las niñas se los devuelven. Les hacen un gesto con las manos indicando que les den dinero. Martín da a una de ellas un duro. La niña asiente con la cabeza.
La Zoila descubre sus pechos. Sus movimientos se hacen más excitantes. Entre sus vestidos de gasas aparecen sus muslos.
Los policías aplauden. Levantan sus manos para tocar los cuerpos de las niñas.

 

S-37. Calles saharauis de Villa Cisneros. Ext. Anochecido.
Toni y Martín pasean por las calles del barrio musulmán. Buscan la jaima de la Zoila. La encuentran.

Martín.
¿Te atreves?
Toni.
Por mí, nos volvemos
Martín.
Hay que echarle huevos.
Toni.
Son niñas.
Martín.
Pero están buenas.
Toni.
Podrían ser tu hermana.
Martin.
Son moras.
Toni.
Nos vamos.
Martín.
Entramos, ¡joder! ¡No seas maricón!
Martín empuja a Toni hacia la jaima y entran

S-38. Jaima. Int. Noche.
Martín y Toni entran en la jaima de la Zoila.
Martín, dirigiéndose a una saharaui que está en la entrada.
¿Nos puede recibir la Zoila?
La saharaui se levanta y se dirige a un cuarto donde está la Zoila. Al momento sale.

Saharaui.
Dentro de un poco os podrá atender.
De un cuarto sale un militar legionario. Tiene estrellas en los hombres. Toni y Martín se ponen firmes. Detrás sale una niña con una palangana.

Saharaui.
Ya podéis pasar.
Toni y Martín entran en el cuarto de la Zoila. Está sentada en un lecho de sedas. La Zoila vista de cerca y sin tanto maquillaje no parece la misma. Es mayor, unos cuarenta años, tiene las carnes flácidas y se notan arrugas en su piel. Martín se arrodilla ante ella.

Martín.
Cuanto cobras.
Zoila.
Policías. Yo amiga de policías. Pero yo no follar.
Martín.
¿Por las niñas? ¿Cuánto?
Zoila.
Soldados y policías, niñas no.
Martín.
¿Cómo?
Zoila.
Está prohibido.
Martín.
¿Cómo prohibido?
Zoila.
Ordenes de vuestros jefes.
Martín.
No nos van a ver. Dí, ¿cuánto?
Zoila.
No. Prohibido.
Martín.
Yo tengo permiso de los jefes.
Zoila.
No, tú no, permiso jefes.
Martín.
Lo conseguiré.
Zoila.
Soldados y policías, Zoila. Sólo pajas. Y no dinero, sólo regalo.
Sentaros a aquí (señala unos cojines que están a su lado)
Martín mete mano a la Zoila. Toni tiene reparos y se mantiene al margen.
Zoila, dirigiéndose a Toni.
No tengas miedo.
La Zoila coge la mano de Toni y se acaricia con ella los genitales. Martín la meten mano y la besa los pechos. Toni se estremece, retira su mano, se levanta. Se sale.

S-39. Calle principal. Ext. Día.
Toni y el cabo de tráfico hacen el servicio por la Avenida del Generalísimo. Están cerca del bazar Tokio a cuya puerta se asoma Morgan. Se acerca un Lanz Rover destartalado y lleno de polvo que circula sin matrícula.

Cabo de tráfico.
Para a ese.
Toni.
A la órden.
Toni se dirige al coche que le ha señalado el cabo, le hace una señal con la mano para que pare y aparque.

Toni, dirigiéndose al saharaui
¡Buenos días! Por favor la documentación.
Saharaui.
No entender.
Toni, gesticulando
Documento. Permiso.
El saharaui busca la documentación en la guantera. No la encuentra. Se baja del coche. Toni le sigue. Abre la puerta trasera. En el interior del Land Rover hay una maleta, sacos de azucar, cacharros para hacer el té y una cabra. La cabra se mueve, da un balido. El saharaui coge la maleta y la abre. Se ven colgantes, sedas, tapices y una bolsa. De la bolsa saca una cartera y de la cartera saca un documento. Es un carné viejo, arrugado, con una foto antigua, con una firma, un sello y una fecha.

Saharaui.
Éste, permiso.
Toni lo mira con atención. Levanta la cabeza, mira al cabo, el cabo está mirando a otra parte. Mira a Morgan que está a la puerta del bazar. Morgan le guiña un ojo y le dice que no con la cabeza.

Toni.
Matrícula.
Saharaui.
Matricula, mañana. Poner mañana.
El saharaui coge una placa de matrícula que está en el coche. Está manchada de estiércol de la cabra. Se la enseña y al tiempo insiste.

Saharaui.
Sí, matricula. Mañana, mañana, poner.
Toni.
Bien, mañana, si no multa.
Toni señala con la mano que va a escribir y con los dedos que le costará dinero si no pone la matrícula.

Saharaui, enseñando un destornillador
No, no multa. Mañana, matrícula, seguro.
Toni.
Bien. Adiós, buenos días.
Saharaui.
Adiós. Handulila.
Toni se marcha y llega donde está el cabo.
Toni.
Mañana la pone.
Cabo.
Eso dicen todos. ¿Y el carné? ¿Se lo has pedido?
Toni.
Me ha enseñado un papel con el sello de la Policía.
Cabo.
¿De qué fecha?
Toni.
Del 60
Cabo.
Caducao. ¿Y la foto? ¿Era de él?
Toni.
Creo que sí.
Cabo.
Crees que sí. Hay que estar seguro. Con el carné de uno circulan todos.
Toni.
Es la primera vez que veo un carné.
Cabo.
¿Y los intermitentes? ¿Es la primera vez que ves un coche sin intermitentes?
Toni.
No me he fijado.
Cabo.
¿Ni en el espejo retrovisor? ¿Ni en las labores de las ruedas, que estaban gastadas? ¡Vas de culo, chaval!
Toni mira a Morgan, le guiña un ojo. Morgan le sonrie. Le hace un gesto de complicidad asintiendo con la cabeza.

 S-40. Barracón - oficina de capitanía. Int. Noche.
Toni está escribiendo a máquina en la oficina. En un radio-casete se escucha un partido de fútbol.

Martín, entrando
¿Cuántos os han metido ya?
Toni.
Van cero a cero, payaso.
Martín.
 Vais a perder. El Celtic es mucho Celtic.
Toni.
Y el Atleti, mucho Atleti. Este año a la final.
Martín.
De ilusión también se vive.
Toni.
Sobre todo los del Rayo.
Martín.
Con el Rayo no te metas, que somos la mejor afición del mundo.
Toni.
Después de la nuestra.
Martín.
¿Escribiendo a la novia?
Toni.
Ya te he dicho que no es novia. Es sólo buena amiga.
Martín.
Claro, no te la has “cepillao”.
Yo me la follaba dos veces a la semana.
Toni.
Eso es un problema.
Martín.
Es una bendición.
Toni.
Lo digo porque a lo mejor la has acostumbrado y…ahora..-
Martín.
Hijo puta, eso ni lo pienses.
Toni.
No, no, si eso quien no lo tiene que pensar eres tú, a mi me la trae floja.
Martín.
Pero ¿es para ella o no?
Toni.
Es para unos tíos, que son también del Atleti.
Martín.
Dales el pésame.
GO…O…OL…en la radio se oye el cántico de un gol del Atlético.
Toni.
.Go…o…l. Ya está. Estamos en la siguiente ronda.
Martín.
Espera, que falta media hora