S-3. Base militar de Getafe. Ext. Día. 
Los jóvenes suben con sus maletas en un avión viejo del ejército, un Foker. Toni, antes de entrar, echa una última mirada al paisaje, dice adiós a España.
P.V. de Toni: en la distancia de divisa un campo de rastrojo y una zona de regadío con hortalizas.
Un rebaño de ovejas pasta en los rastrojos.
Un pastor harapiento, con un morral a la espalda, y tres perros las guían.
Los perros corren detrás de ellas para evitar que se metan en los campos de hortalizas.
El joven de melena rubia adelanta a Toni, que sigue mirando, se vuelve con una mirada de melancolía y entra en el avión.
Detrás de Toni entran unos pocos cerrando el grupo.

 

S-4. Avión. Int. Día.
Los jóvenes están dentro del avión, la mayoría están sentados.
Un grupo pequeño se está acomodando. Se oye un ruido ensordecedor. El avión  es muy viejo, el suelo está oxidado, la pintura descascarillada, los bancos son metálicos, hay un pasillo y una fila a cada lado, en cada fila se sientan dos jóvenes.
El joven rubio se sienta al lado de la ventanilla. A su lado se sienta otro. En la fila de la derecha se sientan otros dos.
Detrás del rubio se sienta otro y a su lado se sienta Toni.
Después se sientan otros dos a la derecha y otros cuatro detrás. 
Los jóvenes se miran sin decirse nada, el ruido de los motores cada vez es más fuerte.
El avión comienza a moverse por la pista. Da ligeros botes, Toni se agarra al banco.
El avión toma velocidad. El ruido se hace cada vez más estruendoso y en el momento de despegar un banco se suelta de la sujeción y los dos ocupantes se caen de espaldas.
Uno de ellos es Toni. Los dos de atrás les sujetan, los dos de adelante les ofrecen sus manos. Gritos confundidos con el ruido del avión.
Toni se agarra a las manos que le ofrecen el rubio y su compañero, le hacen un hueco entre los dos y se sienta. El otro compañero caído del banco se sienta en el banco de atrás.

 

                                               El Rubio, sin que apenas se le oiga.
Por subir al avión… pena de muerte.
Algunos se ríen, pero sus risas son apagadas por el ruido de los motores del avión. Toni se agarra fuertemente al banco. El rubio le mira. Se dicen algo pero no se oye. El ruido del avión lo apaga todo.
…..

El avión sigue su vuelo. El ruido es menos intenso. Ruido de crucero. En el interior se ven a todos los reclutas distribuidos en asientos de hierro. Los dos últimos van más apretados porque se han incorporado los del banco roto. Es sus caras se refleja incertidumbre, nerviosismo, dudas.

….

El avión comienza a perder altura, el ruido se incrementa, ruido de acercamiento. Toni se agarra con más fuerza,  el Rubio hace gestos a Toni que sin soltarse del banco y con cara de miedo se asoma por la ventanilla. Se ve la costa.

S-5. Aeropuerto. Ext. Día.
Un avión se para lentamente en un aeropuerto (Aeropuerto del Aaiún). Un camión militar, descubierto, que circula por una pista se acerca hasta el avión. Dos militares, con galones rojos (cabos) y el mosquetón reglamentario, van de pie en la parte delantera.
El camión se para delante de la escalera del avión.
Los cabos bajan la compuerta trasera de la caja.
Se abre la puerta del avión y comienzan a aparecer los jóvenes. Según van bajando del avión, los cabos, que hacen pasillo, les van indicando que suban al camión.

Cabo.
¡Vamos, deprisa, suban todos al camión!
Toni sale del avión y mira el paisaje.
p.v. de Toni: Desierto.
Toni baja del avión despistado, un cabo le da un empujón al tiempo que grita:

Cabo.
¡Deprisa, coño! 
Los jóvenes terminan de subir al camión, los cabos suben la compuerta y cierran.
Por una escalerilla delantera suben también al camión y se quedan de pie apoyados en la barandilla delantera.
El camión comienza a circular.
Los jóvenes, que van sentados dentro de la caja, estiran la cabeza para ver el paisaje. Un cabo se lo impiden con una orden brusca.

 
Cabo.
¡Qué nadie asome la cabeza, hostias!
Jóvenes, murmullo entre ellos.
¡Puf!, ¡joder! ¿qué es esto?
Cabo, que oye el murmullo.
¡No quiero murmullos!
¡Si alguien asoma la cabeza le doy con el mosquetón!
Los cabos amenazan con el mosquetón, los jóvenes se asustan. Toni y Martín se miran con asombro.
Toni descubre una rendija en el lateral de enfrente, se queda fijo, ve pasar la silueta de un saharaui,  ve a lo lejos una torre del aeropuerto, ve una bici y detrás un carro,  ve paredes, ve más saharauis que pasan fugazmente, ve un muro de salida y ve campo desértico.
Toni mira hacia delante y ve a los cabos en posición agresiva, mira hacia arriba y ve un sol polvoriento, no ve paisaje, vuelve a la rendija y ve arena, montones de arena, dunas, al fondo ve un vertedero, ve cabras que pasan fugazmente.
Un joven con disimulo estira el cuello para intentar divisar algo. Un cabo amenaza.

Cabo.
Me cago en dios, que nadie asome la cabeza.

S-6. Desierto. Al fondo el campamento. Ext. Día.
El camión se acerca al campamento. Circula por una carretera asfaltada. A los lados todo es desierto, al fondo se ven algunas jaimas. Poco a poco se acerca a la entrada.
La entrada es un gran arco apoyado en unos enormes muros. En el arco se lee: HATARRAMBLA, CAMPAMENTO DE LA POLICÍA TERRITORIAL DEL SAHARA.
En la entrada hay una barrera y un militar que hace guardia.
El camión se para delante de la barrera, el guardia la levanta y saluda llevándose la mano a la sien.
 El camión entra. Los jóvenes siguen agachados. Se divisa el campamento. Dos barracones muy grandes al frente. Otros pequeños a los lados. Grandes campos de arena alrededor de los barracones. Pequeñas paredes de piedra delimitan el campamento.

El camión aparca entre un barracón grande y otro pequeño.
Los cabos bajan del camión abren la compuerta de atrás y ordenan a los jóvenes bajar y formar.

Cabo.
¡Rápido! Bajen todos, ¡rápido! y hagan una fila delante de ese barracón.

S-7. Campamento. Ext. Día.
Los cuarenta jóvenes en fila ante el barracón pequeño, cada uno con su maleta. Enfrente el barracón grande. Entre medias un patio. Se mueven y hablan pero sus diálogos no se oyen. Lo que se oye es un ruido lejano.

Toni mira a su alrededor, no se ve a nadie. A su lado está el Rubio, también mira extrañado en la dirección de donde procede el ruido.
El ruido cada vez es más estrepitoso, cada vez se oye más cercano. Se oyen voces, gritos, pero no se entienden.
Los jóvenes escuchan, todos miran hacia una esquina, es de donde procede el ruido,  escuchan expectantes.
El ruido se hace aún más fuerte. Ahora parece un trote de animales. Las voces se comienzan a distinguir. Los jóvenes se callan. Atienden.

Voces.
¡Arriba! ¡Arriba!
Cada vez se oyen con más claridad.
Voces.
¡Las rodillas! ¡Las rodillas!
El ruido de pasos es ensordecedor. Las voces cada vez son más nítidas.
Voces
¡Las rodillas, me cagüen dios!.
El ruido de pasos ya es atronador. Las voces ya están cerca. Las miradas se dirigen a la esquina por donde oyen los ruidos. De repente aparecen. Cuerpos sudorosos. Caras desencajadas. Hombres uniformados corriendo y levantando exageradamente las rodillas. Al frente de la primera fila están los más altos, el tercero es muy gordo, suda mucho y está rojo. Los militares les rodean y les gritan.

Cabo.
¡Levanta las rodillas o te piso los güevos!
Sargento. (Militar con galón amarillo).
¡A ese! ¡que se sale! ¡Dale una hostia!
Un cabo, da un golpe en la espalda de uno que se salía de la fila. Los cuarenta jóvenes observan atónitos. Los que hacen la instrucción llenan el patio, se quedan delante del barracón.

Sargento.
¡Corriendo sobre el propio terreno! ¡Más deprisa! ¡Más! ¡Más. ..Más…!
¡Sobre el propio terreno! ¡Manteniendo las filas! ¡Qué no se salga nadie…! ¡más deprisa! ¡Más…más…!
¡Descan…so! ¡Ar!
Los reclutas se paran, respiran profundamente.
sargento.
Tienen cinco minutos para ponerse la ropa de gimnasia.
¡ROMPAN… FILAS!
Todos.
¡¡¡FRAN-CO!!!