S-51. Exterior del cuartel. Noche.
En una esquina de la valla del cuartel sobresale una garita, es una especie de torreta con un ventanuco donde un centinela vigila. Lleva un capote con una capucha y el mosquetón apoyado en el suelo con el cañón a la altura de la cintura y sujetado por las manos.
 Está atento, mueve levemente la cabeza de un lado a otro. Desde su perspectiva se ve el tejado del cuartel y una calle desierta de Villa Cisneros a su lado derecho. El alumbrado es muy escaso. Al fondo se ve la torre del puesto de guardia. A su lado izquierdo se ve una explanada, es zona desértica, es noche oscura, hay un ligero siroco, al fondo la visibilidad es muy escasa. Se ve la valla del cuartel y al final otra garita donde vigila otro militar. Entre los dos centinelas se ve pasear a dos militares con el mosquetón al hombro. Se oye el ruido de las olas del mar que está en frente. El centinela mira a un lado y a otro, sigue sujetando con sus manos el mosquetón, se le nota inquieto, nervioso, con miedo.

S-52. Exterior valla del cuartel. Noche.

Toni y otro agente hacen refuerzo (apoyo de vigilancia a la guardia) por el exterior del cuartel. Es la zona izquierda contemplada en la escena anterior. También llevan capote con capucha y mosquetón. Toni escucha la radio.

Emisora de radio.
Radio Nacional de España. Son las doce de la noche, las once en Canarias.
Su excelencia el Generalísimo Franco ha hecho un llamamiento a la unidad de la Patria en su tradicional discurso de Navidad…
El compañero de Toni se acerca para escuchar las noticias que se confunden con el ruido de las olas.

Compañero de Toni.
¿Del estado de excepción, han dicho algo?
Toni.
No. El viejo ha llamado a la unidad.
Emisora de radio.
Continúa la inmensa nevada en el interior de la península.  El número de puertos cortados es cada vez mayor y la dirección General de Tráfico recomienda no circular por el centro peninsular.
Mientras se escuchan las noticias de la radio Toni y su compañero se recuestan en la verja. Desde el punto de vista de Toni se ve la playa y el descampado y un cielo oscuro.
 Toni está pensativo. Suena la música de las noticias de radio nacional.
Suena un disparo.
Toni se sobresalta, como si se despertase de un sueño, se reincorpora con el mosquetón en “prevengan”  y se dirige corriendo hacia la torreta de vigilancia. El compañero le sigue. En la torreta está el centinela. Toni llega a su altura.

Toni.
¿Qué ha pasado?
Centinela.
¡Cuidado! Allí hay dos moros.
Toni y su compañero se tumban en el suelo y apuntan en la dirección que indica el centinela. Un Lanz Rover sale del cuerpo de guardia y llega hasta ellos. Dos hombres corren enfocados por los faros luces del Lanz Rover. Martín conduce el Lanz Rover.

Martín, dirigiéndose a Toni y a su compañero
¡Arriba! ¡rápido!
Toni se sube al coche al lado de Martín, atrás sube el otro compañero. El coche persigue a los dos hombres que corren como borrachos. Visten ropas europeas y Corren con los brazos en alto.

Martín, dirigiéndose a Toni.
¡Dispara a esos moros cabrones!
Toni.
No son moros.
Martín.
¡Dispara, “mecagüen” dios!
Toni.
¡Tienen las manos en alto! ¡Parecen borrachos!
El coche llega hasta la altura de los dos hombres. Martín se baja precipitadamente, quita el mosquetón a Toni y dispara dos veces al suelo. Los disparos levantan polvo bajo los pies de los dos borrachos que saltan y gritan con las manos en la cabeza.

Borracho.
¡No! ¡No, no disparen!
Martín
¡Alto! ¡Y las manitas arriba!
Los borrachos se paran, tienen las piernas separadas y las manos en la cabeza.

Toni, empujando a Martín
¿Qué haces? Están borrachos.
Martín.
¡Borrachos! ¡Se van a cagar…por gilipollas!
Martín hace otros dos disparos, dan en el suelo, se oye el silbido de las balas, los borrachos saltan.
Martín.
¡Las manitas arriba y mirándome!
Toni.
Les has podido matar.
Martín, riéndose.
¿Me has visto fallar alguna vez, cagao?

S-53. Puesto de guardia ext. Noche.
Por el puesto de guardia entra el LANZ ROVER. El coche se para. Martín, Toni y el agente bajan y sacan a los dos borrachos. 

Martín, dirigiéndose a la guardia y empujando a los borrachos.
Estos, al calabozo.
Borracho, apuntando con un dedo al cabo.
¡PUUUMMM! ¡Como a Carrero!
Martín, empujando al borracho.
¡Me cago en la hostia! ¡qué os mato!
Borracho, tambaleándose.
¡Es… broma…joder!
Toni.
¡Cállate gilipollas! ¡Que te la vas a cargar por bobo!

S-54 Estanco. Intr. Día.
Sara está apoyada en el mostrador de espaldas a la puerta. Está leyendo una carta.

Voz en of de Toni.
Me han robado la alegría. No puedo verte. Me han cambiado el servicio. Me han puesto en orden público, tengo servicio desde las doce de la noche hasta las ocho de la mañana. No me dejan salir del cuartel por la mañana. Me han condenado a la oscuridad y me han privado del brillo de tus ojos.
Paso todas las tardes sólo por verte, pero veo a tu madre, no me atrevo a preguntar por ti. Ayer, le eche valor y tomé la decisión de dejarle esta carta, espero que me contestes y me des la esperanza de verte alguna tarde, o al menos, me digas que mis visitas no te resultaban indiferentes. Compro el “Marca” para seguir pensando en ti. Cuando tu madre me da el cambio, te acaricio la mano. Toni.
Sara dobla cuidadosamente la carta y se la esconde suavemente en el pecho. En su cara aparece una sonrisa.

S-55. Calle. Ext. Noche.
Toni patrulla por las calles del barrio saharaui acompañado por un policía musulman. Es de noche y no hay iluminación. Pasean por calles estrechas sin asfaltar, sucias, con orines y estiércol. Hay numerosas jaimas, son pequeñas viviendas de los saharauis. A veces hay alguna casa, son de adobes y están deterioradas. Toni y su compañero caminan despacio. Al girar en una esquina el compañero le detiene haciendo un gesto con la mano. Ha visto la luz de un coche.

Saharaui.
Ahí está, ¡el cabrón!
Toni.
¿Qué dices?
Saharaui.
Que está el Teniente. El hijo de puta.
El Lanz-Rover del Teniente está aparcado frente a una jaima. Es la de la Zoila. Toni obserba detenidamente. Del coche del Teniente baja un cabo. Toni le reconoce, es Martín que entra en la jaima de la Zoila.

Toni.
Martín, qué cabrón.
Al momento aparece una niña, se sube al coche del Teniente. El coche arranca.