S-31 Patio. Ext. Noche.
El sargento, que es saharahui, pasea por el patio y se acerca lentamente hacia el garaje.  El imaginaria, que está comiendo y  bebiendo, le ve venir. Se pone firme y esconde  la botella y un trozo de chorizo detrás de su cuerpo.

Imaginaria.
A sus órdenes mi sargento.
Sargento, escuchando los cánticos.
¡ Mucho cachondeo!
Imaginaria.
De despedida. Leyendo las últimas cartas.
Sargento.
Vale, vale, vale. Pero que las lean un poco más bajo.
El imaginaria enseña la botella y el chorizo, el sargento le mira.
Sargento.
¿Usted también se va a los destacamentos?
Imaginaria.
No, pero me llega la alegría de las cartas.
Sargento.
Ya lo veo, ya.
Imaginaria, ofreciéndole.
¡Un trago mi sargento!
Sargento, con media sonrisa.
No. No quiero tanta alegría.
Imaginaria, ofreciéndole el chorizo.
¿Y un mordisco?
Sargento, moviendo la cabeza a un lado y a otro.
¡No! ¡jalufo no, que te empaqueto!
Imaginaria.
¡No se enfade mi sargento! ¡es broma!
Sargento.
No se pasen.
Imaginaria
Descuide.
El sargento se va despacio por el patio. Es noche estrellada en Villa Cisneros. Los cánticos de los reclutas se apagan con el ruido de las olas que rompen contra la verja del cuartel.

S-32. Patio. Ext. Día.
Una gacela está en medio del patio, husmea el suelo. El patio ha sido regado y en algunas zonas hay pequeños charcos de agua.  Lentamente se va acercando hacia el garaje. El ruido de un Lanz-Rover que entra en el cuartel, la asusta. La gacela da un salto y se dirige corriendo hacia su guarida.

 S-33. Garaje. Int. Día.
Toni esta sentado en la litera escribiendo una carta a Ana. Está pensativo y de vez en cuando escribe.
El Teniente acompañado de un sargento camina por el patio y entra en el garaje. El recluta que está sentado en la primera litera, se levanta, se cuadra y grita:

Recluta.
¡Atención! ¡El Teniente!
Todos los reclutas se ponen firmes. Toni se baja de su cama y se pone firme también. Ha dejado encima de la cama la carta que había comenzado a escribir.
El Teniente recorre el garaje parsimoniosamente. Va mirando a un lado y a otro. Llega hasta la cama de Toni, le mira, ve la carta encima de la cama. La coge.

Teniente. Leyendo con sorna y exagerando las pausas.

El amor… no es… obligación.
Se me olvidó tu cumpleaños…, pero no se me olvidó que te amaba.
Siento haberte fastidiado tu fiesta…
No anoté en mi memoria la fecha de tu cumpleaños…, sólo anoté que te quería… y se me olvidó el día y la hora…
A mi… también… me hubiese gustado… hacer el amor… contigo…
Teniente, dirigiéndose a Toni y burlándose
¡Qué poético! ¡ Y no te la has follao!..
Toni.
Es privado, mi Teniente.
Teniente.
¿Privado?
El Teniente rompe la carta lentamente ante los ojos de Toni en varios trozos, reparte unos cuantos entre los reclutas de alrededor, tira el resto por el suelo y repite:

                                               Teniente, dirigiéndose al sargento

¿Privado? Éste, mañana, a tráfico. A poner multas… ¡con  poesía!
 S-34 Calles de Villa Cisneros. Ext. Día.
Toni, con la ropa propia de policía, acompaña a un cabo de tráfico que lleva una carpeta debajo del brazo, pasean por diferentes calles de Villa Cisneros. Ningún coche circula por las calles. Los policías andan despacio, de vez en cuando se paran, se recuestan sobre una pared y miran al fondo de la calle. Están aburridos, el cabo bosteza, se acerca un coche, circula despacio, llega a la altura de una tienda y se para. Toni y el cabo comienzan a andar nuevamente, son las primeras horas de la tarde y el sol es sofocante. Las paredes apenas dan sombra. No se ven coches, tampoco se ven personas, se dirigen a la calle principal.
INSERTO: AVENIDA DEL GENERALÍSIMO.
Toni y el cabo de tráfico pasean despacio, pasan delante de un taller mugriento. Un saharahui cruza lentamente la calle. No pasa ningún coche. El cabo bosteza nuevamente.

S-35 Calles de Villa Cisneros. Ext. Día.

Toni acompañando al cabo de tráfico pasean ahora por una calle más estrecha. Es el Zoco.
Algún bazar comienza a abrir sus puertas, Toni oye el ruido de una puerta que se abre y mira:
INSERTO: BAZAR TOKIO.
El dueño, un joven saharaui de unos 20 años, Morgan, está a la puerta. Viste ropa europea: pantalón campana y camisa de rayas. Los dos policías llegan a su altura y se paran.

Morgan.
Salam malicu
Cabo
Malicum salam.
Morgan.
¿Guripa, nuevo?
Cabo.
Agente.
Morgan.
Agente, guripa, pero nuevo. Con reloj viejo.
Toni.
Con reloj bueno.
Cabo.
Ten cuidao con Morgan, que te engaña y no te enteras.
Morgan.
Yo, amigo de los policías de tráfico.
Cabo, bromeando
¡Amigo! ¡Menudo maricón con pintas que estás hecho!
Morgan.
Siempre precios especiales para los guripas. Mira.
Morgan señala los relojes del escaparate. Son relojes modernos de marca japonesa: Orient, Seyko… entra en el bazar y saca unos cuantos.

Morgan, poniendo uno en la muñeca de Toni.
Compara. Viejo. Nuevo.
El reloj que le ofrece Morgan contrasta con el que tiene puesto Toni. El que le ofrece Morgan es moderno con pulsera de acero inoxidable, el de Toni, es viejo, ha perdido el dorado y tiene una correa de cuero gastada.

Cabo.
Si quieres comprarle, aprovecha, el primero siempre lo dejan más barato.
Morgan.
Tira el viejo…
Toni.
Le tengo mucho cariño.
Me lo regalo mi padre cuando aprobé bachiller.
Morgan
Pues guárdalo. Pero ponte este.
Toni.
Otro día. Además tengo que comprar otro para mi hermana.
Morgan.
Cuantos años tiene tu hermana.
Toni.
Dieciocho.
Morgan
Entonces el de tu hermana se lo regalo yo, tú me compras este y yo te regalo este. (Señalando un orient de mujer)
Toni.
Cuanto por este. (señala el que quiere para él)
Morgan, señalando lo que pone
Cinco mil.
Toni.
Es muy caro.
Cabo.
Te lo deja en menos de la mitad.
Morgan.
Cuatro mil y te regalo el de tu hermana.
Toni.
No. Otro día.
Toni echa a andar, hace intención de marcharse. Morgan le detiene.
Morgan.
Espera. Toma, llévate este para tu hermana.
Toni.
No, me lo llevaré cuando compre el mío.
Morgan.
Llévatelo.
Toni.
Que no.
Morgan.
Llévatelo, este y el tuyo también (le da los dos) 3.500 pelas y amigos para toda la vida.
Toni.
Vale. (le da la mano)