Carta  8
            De Ana
            Toni:
            No entiendo cómo no has recibido aún mi carta, pues la escribí el día veinticuatro, el mismo día que recibí la tuya. Nunca podré olvidarlo; estaba muy impaciente y muy intranquila, pues hacía ocho días que no sabía nada de ti. Recuerdo el día que nos despedimos. Era una hermosa noche de julio en el parque. Yo intentaba alegrarte y hacerte olvidar, pero tú, ensimismado en lo tuyo, no me hacías caso. Me decías que se rompía una etapa, una etapa hermosa de tu vida, y que la duda y la incertidumbre se apoderaban de ti. Por eso he pasado los ocho peores días de mi vida, porque esperaba con ansiedad tu carta, tu carta tenía que ser el hilo que uniese tu vida y la mía, y no llegaba. Sabía que el 18 de julio, ese día tan odiado por ti,  te incorporaste. Te citaron a las ocho de la mañana en un cuartel de tantos que existen cerca de mi casa, y no sabía más.
            Pero llegó tu carta y todo comenzó de nuevo a encadenarse, por eso te escribí inmediatamente, deprisa. Recuerdo que encontré la tuya al llegar de mi trabajo y que me alivió el cansancio. Lamento que no la hayas recibido, porque iba llena de amor y cariño, me temo que no pueda escribir en ésta lo mismo, que no esté inspirada. La eché al buzón esa misma tarde, cuando el calor todavía era intenso, me seguía acordando de ti  por el parque que tuve que cruzar para echarla, pensaba que más calor haría ahí, donde tú estabas; soplé suavemente el sobre antes de depositarlo en el buzón de correos con la esperanza de que un poco de mi aire fresco llegase hasta ti para aliviarte y refrescarte.
            Me alegro de que el tiempo se te haga corto, porque cuando quieras darte cuenta ya se habrá pasado todo lo malo.
            No tengo mucho que contarte, y me gustaría tenerlo. He cogido las vacaciones, estoy en el pueblo, es muy tranquilo; siempre hago lo mismo, ayudo a mi madre por la mañana y me voy un rato a la piscina; ya estoy morenita, pero seguro que tú lo estás más, a que sí.
Llego tarde a casa, sobre las tres, como y estudio un rato, a veces riego las flores, cuando lo hago se me pasa el tiempo sin darme cuenta, tardo más de una hora, tengo muchos rosales y un montón de macetas con geranios hermosos, creo que mi casa es la más florida del pueblo. Por la noche me arreglo y me voy con mis amigos a pasear, a bailar, o simplemente a escuchar música; a las doce o la una vuelvo a casa y me acuesto.
            El fin de semana fueron las fiestas del "Soto", es un pueblo pequeño orilla del mío. Fui con un primo  y con muchos amigos, todos juntos lo pasamos bien, gamberreamos mucho y volvimos tarde a casa.
            Cuéntame algo de lo que haces en los ratos libres, si es que los tienes. Dime cómo son tus compañeros y si tienes amigos, me gusta saber de ti y de lo que piensas.
            Hoy estoy pasando un día fatal porque ha empezado a dolerme una muela; no te puedes figurar el dolor que tengo y el miedo que paso pensando que voy a tener que ir al dentista, nunca he ido y le tengo pánico.
            El calor aquí es insoportable, creo que estamos pasando los días más calurosos del verano. Afortunadamente no ha habido ninguna tormenta, ya sabes el miedo que me dan.  Imagino que por ahí el calor será aún mayor. Ya me lo contarás en tu próxima carta.
            Ya no sé qué más contarte; escríbeme mucho, la llegada de tus cartas me da mucha alegría.                                                      
Un beso