Carta  38

            De casa

 

            Querido hijo:

            Ya nos hemos quedado solos, las chicas se fueron el lunes a Segovia y parece como si nos hubiésemos quedado sordos. Cuando están aquí no hacen nada más que decir tonterías y tomarnos el pelo, pero cuando se van nos quedamos aburridos y como sin saber qué hacer. Menos mal que en esta ocasión se nos va a hacer corto, pues vuelven  el viernes para la fiesta. Me imagino que te escribirán también esta semana, a ver si les dices que estudien, que andan un poco con la cabeza a pájaros, se han pasado todo el verano de fiestas y no han agarrado los libros.

            Este año la Mary no va a estar en casa de la Amparo, está en un piso con una amiga, así que va a tener más libertad para salir y entrar cuando la de le gana, ya veremos lo que sacamos. Les compramos la máquina de escribir pero en verano ni la han tocado. Se la ha llevado la Mary y dice que en Segovia sí que va a practicar. Ya veremos.

            Nos imaginamos que estos días te acordarás más de nosotros, nosotros también nos acordaremos de ti, pues en los días de fiesta es cuando más nos gustaría poder tenerte entre nosotros. Esperemos que sea la única fiesta que pasemos solos y que el año próximo podamos celebrarlo a lo grande.

            Nos dices que por ahí el tiempo siempre es igual, caluroso y sin llover, aquí nos pasa un poco igual, desde San Roque no ha vuelto a llover y está el campo muy seco y con muchas ganas de agua. La semana pasada bajaron con el carro al melonar y trajeron una tanda de melones que no te puedes imaginar. Cuando los comemos nos acordamos del año aquel que tuvimos el melonar en la de la Puente la Vega y que tuvimos tantos y tan buenos que después de cenar os ibais a ver la tele porque decíais que no os podíais acostar de lo lleno que teníais el estómago. Este año no hay tantos, pero sí que tenemos suficientes para darnos unos buenos hartones.

            Padre quiere sembrar todas las tierras del río de trigo, pero como no llueve no las puede arar y yo le digo que mejor sería no sembrar más. Las chicas también llevan muy mal lo del campo y también le dicen que no siembre más, que da mucho trabajo y no produce nada y que es mejor  criar una chota más y dejar las tierras, pero a padre le cuesta mucho trabajo no sembrar nada. Creo yo que si las siembra este año será ya el último, porque ya casi no siembra nadie y se está quedando todo perdido.

            El otro día me dio la señora Magdalena las señas de Jose que está en el Aaiún, en El BIR nº 1, 2º CID  Playa del Aaiún, así que le escribes y así se os pasará el tiempo más corto recordando las cosas de por aquí.

            Nos dices que por ahí hay cosas que merece la pena comprar, pues ya sabes que me gustan las colchas, así que puedes ir pensando en mandar tres, pues quiero que tengáis una cada uno. Por dinero no te preocupes, nos pides lo que necesites, pues aunque el año no es bueno haremos un esfuerzo, ya que hemos tenido la mala suerte de que te haya tocado tan lejos a ver si por lo menos nos podemos aprovechar de algo.

            Dices que aumentarán las deudas con el señor Nicolás, hasta ahora nos hemos ido defendiendo, pero este otoño está viniendo seco y las vacas sí que comen mucho pienso, además empiezan a dar cada vez menos leche; pero tú no te preocupes porque ya sabes que, si andamos mal en algún momento, lo vamos solucionando con firmar alguna letra, que para eso el señor Nicolás sí que nos favorece todo lo que puede.

            Bueno, no sé si me entenderás bien porque está el abuelo a mi lado que no deja de hablar y algunas veces no sé lo que pongo. Después de la fiesta te mandaremos un paquete para que te acuerdes un poco más de nosotros. Se lo llevarán los tíos a Madrid para mandarlo desde allí, a ver si así llega antes.            Y a ver si comes bien, ahora que tendrás más tranquilidad, y engordas un poco, pues como no nos quieres mandar fotografías no sabemos cómo estarás.

             Y sin más por el momento me despido y dejo un poco de espacio para que tu padre también te cuente algo, que si no le obligo, no escribe, dice que con lo que te cuento yo ya está todo dicho.

                                                           Muchos besos y hasta la tuya

 

            Querido hijo:

            Sólo cuatro letras para decirte que estamos bien y que nos alegramos de que tú también lo estés al recibo de ésta.

            Ya te dice madre que nos hemos quedado solos, aunque como el próximo domingo es la fiesta, esta semana se nos hará corta.

            Aquí lo que no nos falta son tareas, que este año tenemos tantos marranos que no sabemos dónde meterlos; los más grandes ya pesarán más de cien kilos, así que a ver si empieza pronto a matar Vítor y se los empieza a llevar porque, si no, van a parir las marranas y no tenemos sitio para todos. El otro día capamos diez y el domingo nos comimos un tostón que, aunque era un poco más pequeño, ya pesó seis kilos. También se han llevado los chotos, nos los han pagado a ciento veinte pesetas el kilo en vivo, que no es mucho, pero que nos sirve para ir saliendo adelante ahora que las vacas empiezan a dar menos leche.

            El tiempo viene muy seco, no hay ni berzas, ni nabos, ni nada, así que todo tiene que ser a base de pienso. A ver si quiere llover para que salga algo de verde y poder arar las tierras que este año poque sea el último en sembrarlas, porque las chicas no quieren bajar a segar ni atadas, y eso que este año hemos bajado todos los días en el coche de los tíos que nos ha valido mucho.

                                   Sin más por el momento, recibe muchos besos de tu padre