Carta  62

            De Mª Antonia

 

            Hermanito querido:

            Gracias en principio por llamarme guapa. No me imaginaba que la foto en cuestión iba a armar tal revuelo en el cuartel. Aunque el hecho de decirme que sigo tan guapa, significa que no progreso, lo que es para mí una pequeña desilusión, pues creo que aún estoy en edad de mejorar.

            No me contestas a la pregunta de si conoces a Rubén, ya sabes, el novio ese de mi amiga Lules, la loca de la que te he hablado en alguna ocasión. Por los años y la profesión que tiene debió de estudiar en tu  escuela, año antes o año después. Te daré alguna pista: a veces tiene bigote y a veces no, cuestión de la maquinilla y del cabreo; otras, tiene bigote y perilla y, otras, perilla sólo. Loco está tanto como mi amiga. Le llamaban Benbenuti cuando estudiaba, porque tiene una nariz desproporcionada, debía parecerse a la de algún viejo boxeador cansado de recibir golpes de los de aquella época, y cuenta que en una ocasión trató de emularlo y recibió un tremendo golpe en la nariz.

 

            La foto que me dejaste al marchar, con tu camisa de rayas y tu chaquetita azul está causando sensación, incluso mi amiga está pensando en escribirte y quién sabe si estaría dispuesta a cambiar a un narizotas por otro. No te enfades, las tuyas son más bonitas, a no ser que desde la última foto te hayan dado también un golpe en las mismísimas.

            He regañado con mi ligue. A veces pienso que le vendrían bien unas guardias en el desierto.

            Como no has estado en la gran matanza, te mando una foto para que nos veas. Aunque está un poco oscura, es la más clara. Es la única que hicimos antes de ponerse a llover. A Isa no la verás, compréndelo fue ella quien tiró la foto. Sólo podría haber salido si hubiese puesto la máquina al revés, entonces hubiese salido su preciosa nariz. Como comprobarás, se ve un trozo de nuestra cuadra.

¿Y las vacas?, te preguntarás. Pues no se ven, porque están dentro y la máquina no las distingue. ¿Que te estoy contando un rollo? Pues te aguantas.

            Nota: Cosa rara, persona del género femenino que habla con la mano.

            Nota 2, (continuación de la nota): Dices que te han gustado las palabras que te he escrito en la nota anterior, en el otro lado de la hoja del papel, pues continúo buscando rincones.

            Nota 3: ¡Porras! Ahora me dices que no te gusta. Pues acabo.

            Nota 4: Como he encontrado otro rinconcito de la carta y a ti al fin y al cabo te da igual leer un poco más que un poco menos, te lleno este trozo.

            Nota 5: Tu hermana te manda un abrazo y un beso. ¡Ah!, recuerdos a todos mis admiradores.