Carta  41

            A  ti

            BÁRDERA

           

            Bárdera se deja deslizar ladera abajo hasta llegar al valle. Escondida tras los montes, a medio camino entre la montaña y la llanura, entre el olor al pino y a la estepa, aparece el lugar que reclama mis sueños.  Corre mi mente, como antes corrieron mis pies delgados, mis piernas frágiles, mis mechones al viento, para mantener despierta el alma; para seguir dando sentido a la vida; para olvidar los días de polvo, de sudor, de gritos, de angustias y de silencios; y recordar los de canto, los de fiestas, los de alegrías y besos.

            Del cerro al valle, del pino a la encina, de la montaña a la llanura, naciendo en el pico, abrazando el llano, entre surcos de esfuerzo y trabajo, se encuentra mi pueblo.

            Aparecen sus nombres emparejados, como si no quisieran estar solos,  como si no fuesen del todo claros, como si de su identidad se dudase. Vienen a mi mente a borbollones: solana y solanilla, cerros y cerrillos, vegas y veguillas, valles y vallejuelos, lastras y lastrillas, montes y montecillos, laderas  y tongueras, prados y praíllos, praderas y praeronas...

 

 

Tengo el amor metido

            Tengo el amor metido

            y no quiero que salga.

            El amor a los prados,

            a la vaca que pare,

            la cacera que suena

            rompiendo ese silencio

            de la noche estrellada.

            Al cántico del grillo

            y del pájaro bobo

            que siempre lo acompaña.

 

            Tengo el amor metido,

            Y no quiero que salga:

El amor a mi padre,

            el amor a mi madre,

            el amor a mi hermana,

            el amor a la gente,

            a la gente del pueblo,

 la que no sabe de armas

 

            Tengo el amor metido

             y no quiero que salga.

            Al olor de los pinos,

            a la encina y al roble,

al olor al tomillo,

            al olor a retama;

amor a la montaña,

al río y a su valle.

 

            Tengo el amor metido

            y no quiero perderlo.

            A la nieve en invierno

            y al sol en el verano.

            Sudor del segador

            polvo del trillador

            tengo el amor metido

           en mis mismas entrañas.