Carta  39

            A Luci

 

                        Aunque escribirte esta carta es larzarse a la aventura, pues no sería la primera vez que una carta mía, dirigida a ti, se queda sin contestación, lo hago por una serie de razones, entre las que destaco:

            - Tener tiempo en abundancia y no importarme perder un poco escribiéndote a ti.

            - Disponer del valor suficiente como para no importarme que se repita lo que en otra ocasión ya me hiciste.

            - Tratar de recordarte que por aquí sigue habiendo arena y que el Sahara sigue existiendo.

            - Practicar un poco, con la escritura de ésta, mi muy torpe mecanografía.

            - Distraerme con su escritura y tratar de conseguir que las duras horas de una tarde de guardia, pasada en una oficina, tengan otro fin distinto del aburrimiento.

            - Y, sobre todo, tratar de conseguir que eso que para mí tiene tanta importancia no muera del todo.

            En fin, Luci, por todas estas cosas y porque tengo dos pesetas para gastármelas en sellos, te voy a escribir. Voy a contarte algo de esto que tú tan bien conoces, con la única esperanza de que no ocurra con esta carta lo que ocurrió con otra allá por el mes de julio.

            Te escribo con la esperanza de que sepas comprender el significado y tengas la amabilidad de contestarme. Entiendo que una chica con la que sólo has tenido una conversación en un baile tenga reparos en entablar correspondencia con alguien semidesconocido, por lo que tampoco supondría un trauma para mí si no recibiese respuesta. No obstante, he decidido lanzarme a la aventura de una correspondencia incierta y, en lo que a mí respecta, te tendré informada de lo que me pasa y de lo que siento.

            Tratar de contarte algo de estas tierras sería hacer un poco el ridículo, tú las conocerás mucho mejor que yo a no ser que las hayas olvidado, cosa que dudo, porque lo que aquí se aprende nunca se olvida. De todas formas te diré que a mí no me disgustan del todo, aunque raras tiene sus cosas buenas, cosas que a mí me ha costado trabajo descubrir, pues, si te he de ser sincero, la primera impresión que tuve de esto se parecía mucho a la que tú, en bromas, me habías adelantado; más aún, al principio, tus predicciones se quedaban pequeñas. Hoy las cosas han cambiado, lo veo todo más real, la vida que por aquí llevo no difiere tanto de la que se pueda llevar en otros lugares siempre que se esté cumpliendo con la "patria".

            Si me escribes ya me dirás si conoces Villa-Cisneros, a mí me ha gustado bastante, sobre todo por su clima, el poder bañarse todos los días no deja de ser una nota agradable que ya quisieran pillar muchos en estos momentos. El Aaiún apenas tuve tiempo de conocerlo, estuve poco tiempo y los ratos que dediqué a conocerlo fueron escasos. A pesar de todo te puedo decir que no cambiaría aquello por esto, allí, por lo que pude ver, siempre había siroco; aquí no lo hay. Corre una ligera brisa que te acaricia por las mañanas alegrándote un poco el despertar y se contemplan unos atardeceres limpios que relajan los sueños.

            Para que te fastidies no he hecho todavía ninguna patrulla, espero no tener que hacerlas nunca, he pasado los días tranquilos paseando por las calles de Villa, vigilando el tráfico, repartiendo cartas y giros, y, de vez en cuando, dándome un ligero baño.

            La verdad siempre que me pongo a escribir trato de no mencionar mucho la vida que llevo, pienso que resultará aburrido para quien lo lea, pero luego, como ves, no puedo por menos de caer en los tópicos de siempre, ¡ qué se va a hacer!, espero sepas comprenderlo y no te aburras demasiado.

            Como cosas curiosas te puedo contar montones, pues últimamente ocurren hechos muy raros en esta ciudad: El carril camello sufre atascos continuamente, la arena cada día esta más cara, han prohibido almacenar más de cien granos por persona y día.

            De mí te diré que sigo más o menos como siempre, con mis mismos pensamientos y mis mismas costumbres: es difícil cambiar.

            Tú, ¿cómo sigues? ¿Tan autoritaria como siempre? ¿Sigues pensando que a las mujeres siempre les hay que dar la razón? (como a los locos). Me imagino que sí, pues a las mujeres también es difícil cambiarlas. Si te parece me lo cuentas. También me puedes contar algo de cómo ha ido tu vida por los "Madriles" que parece ser que están cada día más revueltos. También espero me digas si has encontrado eso con lo que soñáis todas. Dirás que me permito demasiadas confianzas y posiblemente me mandarás a algún sitio de mal gusto, pero por carta se pueden aventurar estas impertinencias que espero sirvan para recobrar la confianza que un día, y por unos momentos, tuvimos.

            Como favor personal te pido que si conoces bien Villa Cisneros me eches una manita y me digas qué sitios son adecuados para divertirse mejor, y, si tienes alguna amiga por estas tierras, me mandas una buena recomendación, siempre que sea de fiar.

            Luci, hoy ya has acabado con todo mi tiempo, espero sepas apreciar el significado que en algunos lugares tienen las cartas y me des ocasión para escribirte de vez en cuando.