Carta  25
            De Virtudes
            ¿Qué tal estás?
            Por lo que me dices en tus dos postales mejor de lo que pensabas. Me alegro de que te lo tomes con buen humor y de que te hagas a la idea de que estás disfrutando de unas largas vacaciones con alojamiento completo.
            Hablando de vacaciones: yo he disfrutado de una semana en Sevilla. Aproveché que tenía que examinarme para ser fija de Telefónica y que me dieron unos días, y me fui a mi ciudad querida. Me suspendieron en el segundo examen y acabaron con todas mis ilusiones.
            La semana se me pasó volando, no he parado ni un momento. Un día me fui a Rota con unos amigos y después nos fuimos a Sanlucar a cenar pescaditos fritos y tomar manzanilla en la playa. Nos lo pasamos bien, me imagino que tú también lo pasarías bien en Cullera, seguro que sin tanto calor, pues en Sevilla estos días llegamos hasta los cuarenta y tres grados; pero todo lo bueno se acaba y ya me encuentro en Madrid otra vez.
            Mis padres en principio opusieron seria resistencia para que volviera, pero al final les convencí y continúo con el mismo trabajo en el que encuentro una cierta independencia.
            Ahora tengo un horario terrible de cinco de la tarde a doce de la noche y los domingos y festivos aún peor, de dos a cinco y de ocho a doce. Me consuelo pensando que el próximo mes lo tendré mejor, de siete y media de la mañana a dos y media, tendré que madrugar y ya sabes lo poco que me gusta, pero por las tardes estaré libre.
             Me alegró mucho recibir tus dos postales y sobre todo que te sigas acordando de mí, espero  me sigas escribiendo y contándome cómo vas llevando esa vida.
                        Un afectuoso saludo.